Contra los milagros eucarísticos
Explico las causas naturales que puede haber detrás de los milagros eucarísticos y expongo algunos casos particulares.
Este artículo es parte de una serie de artículos contra el cristianismo, que podréis encontrar organizados aquí:
Principalmente los católicos, aunque también en cierto modo los ortodoxos y algunos protestantes, creen que cuando Jesús dijo eso de “Tomad, comed: esto es mi cuerpo” y “Bebed todos; porque esta es mi sangre”, estaba hablando en sentido literal, que realmente al comer y beber ese pan y ese vino, realmente estaban bebiendo su carne y su sangre, y creen también que ese milagro se repite todos los días en cada misa que se celebra en el mundo. O al menos eso creen los sacerdotes, porque el católico de a pie la muchas veces ni siquiera sabe que esa es la enseñanza de la Iglesia, y entre los que lo saben, muchos la rechazan1.
Podría parecer que esto ofrece una forma sencilla de probar su religión, ya que bastaría con que algún sacerdote oficiase una misa, cogiese la hostia o el vino consagrado y dejase que se analice para comprobar esa transformación. Lamentablemente, lo que creen los católicos es que el vino se transforma en sangre y la hostia en carne, pero solo en cuanto su sustancia, manteniendo los accidentes del pan y el vino, entendiendo por accidentes “absolutamente todo” y por sustancia “absolutamente nada”. Otros cristianos creen en la presencia real de otras formas, pero igualmente la comprobación empírica sería completamente imposible.
Sin embargo, hay algunos casos en los que el milagro pierde ese velo tras el que se oculta, dejando ver al mundo su realidad, generalmente mediante hostias que empiezan a sangrar, un tipo de milagro que se habría repetido cientos de veces en todo el mundo2. Afortunadamente, como en el caso de la Sábana Santa, este es un tipo de milagro que deja una evidencia palpable, con lo que puede estudiarse con más profundidad que lo que permiten los meros testimonios. Con esto los cristianos tendrían su prueba definitiva de la presencia real de Jesús en la eucaristía, y confirmando dicha creencia tendrían un apoyo bastante sólido para todas las demás. Veamos en este artículo si ese proceso funciona.
Explicaciones naturalistas
Suponga el lector que es él el que guarda algún tipo de pan, uno sin significado religioso, y que al ir a verlo se encuentra con una mancha roja o incluso soltando algún líquido rojizo ¿Pensaría que es un mensaje de Dios? ¿tal vez un fantasma o un demonio? Si es alguien razonable la respuesta no sería ninguna opción sobrenatural como esa, sino que lo primero que se le vendría a la cabeza sería un origen biológico. Esto es justamente lo que está detrás de la mayoría de estos milagros.
Uno de los culpables es una bacteria, la Serratia marcescens. El papel de esta bacteria en milagros sangrientos se conoce desde 1819, por un supuesto suceso sobrenatural en un contexto que nada tiene que ver con la eucaristía. Fue en Legnaro, pueblo italiano donde la Serratia atacó la polenta de un lugareño de nombre Antonio Pittarello, haciendo que esta comenzase a “sangrar” abundantemente, extendiéndose luego a otros objetos. De las investigaciones sobre estos sucesos, encargadas en un inicio a una comisión de la Universidad de Padúa debido al pánico generado, surge el descubrimiento de la Serratia.
Hoy es sencillo replicar en laboratorio estos “milagros”, tanto con polenta como con hostias, que resultarían medios propicios para ello gracias al almidón y a la baja acidez, especialmente en la Edad Media, cuando ocurrieron la mayoría de los milagros3. Con ello tenemos una explicación razonable a por qué un evento “milagroso” como es el de las hostias sangrantes se haya repetido tantas veces, porque no es un evento milagroso sino uno natural y reproducible, y es por eso también por lo que tenemos en la historia multitud de ejemplos de alimentos sangrantes que no guardan ninguna relación con la eucaristía ni con la religión cristiana4.
En casos menos espectaculares, en los que no se da un sangrado tan abundante pero sí que la hostia se tiñe de rojo, esto puede deberse no a la serratia, sino a hongos como el Neurospora crassa, conocido en inglés como “red bread mold”, esto es, moho rojo del pan, por motivos obvios. Son muy pocos los casos en los que los milagros eucarísticos se someten a análisis, unas veces por mero desinterés y otras por la negativa de la Iglesia a hacerlo, pero aún así he podido encontrar cuatro ejemplos en los que se habrían llevado a cabo y habría confirmado esta como la causa, todos ellos de Estados Unidos y de época reciente: 2006, 2012, 2017 y 20205. Me atrevo a especular que este patrón no es debido a una mayor proliferación de estos hongos en los Estados Unidos de las últimas décadas, sino a una mentalidad más escéptica y científica de su Iglesia, y estoy seguro de que si la misma rigurosidad y publicidad se aplicase en Europa o latinoamérica, nos encontraríamos con resultados similares.

Finalmente, siempre está el fraude, explicación de la que muchos suelen intentar huir, pero que debe considerarse con la misma seriedad que las demás. El móvil en este caso es claro, bien sea convertir a incrédulos, bien aprovecharse de los crédulos para ganar fama, prestigio y gracias a eso dinero entre ellos. Este es de hecho un suceso bastante común, como vimos en el caso de la Sábana Santa, y como podréis encontrar en otros cientos de reliquias si lo investigáis6
El milagro de Lanciano
Como dije, son pocos los casos que se someten a análisis, y en menos todavía los análisis se encuentran con resultados positivos. Uno de estos rara avis es el milagro de Lanciano, motivo por el cuál se ha convertido en uno de los favoritos de los defensores de los milagros eucarísticos.
Según cuenta la leyenda, este milagro habría ocurrido alrededor del año 700, cuando un sacerdote que tenía serias dudas sobre la realidad de la transubstanciación (un patrón que se repite mucho en estas historias) oficiaba una misa . En este caso el milagro atañe tanto a la hostia, que se habría convertido en carne, como al vino, que se habría convertido en sangre. Además, la supuesta sangre se habría dividido en cinco “coágulos”, esto es, cinco bolas sólidas y duras de distintos tamaños, dándose la paradoja de que cada una de esas bolas consideradas individualmente pesaba lo mismo que todas las bolas en conjunto, repitiéndose esta igualdad para cualquier combinación que queramos comparar.
Según lo que cuentan los medios católicos que hablan del tema, las evidencias a favor de este milagro serían abrumadoras. En primer lugar habría una investigación por un profesor llamado Odoardo Linoli, que llegaría a la conclusión de que la carne es tejido del miocardio y la sangre verdadera sangre, y que la conservación de estas serían imposibles por medios naturales. Estas investigaciones se verían confirmadas posteriormente por un equipo de la OMS, que tras 500 pruebas en 15 meses llegaron a la conclusión de que Linoli estaba en lo correcto en todo y que es imposible para la ciencia explicar el suceso7.
De las investigaciones de la comisión de la OMS no hay mucho que decir, porque jamás existieron. Estas investigaciones no son más que una mera invención por parte seguramente de algún católico que pretendería con esto dar munición a los de su religión para ganar debates como los que hoy me veo obligado a dar. Si alguien lo cree, le invito a buscar por sí mismo el supuesto informe. Lo máximo que encontrará es una portada ilegible que afirmo sin temor a equivocarme que no es más que un burdo fraude8
Lo que sí existe es la investigación de Linoli9, y es cierto que sus conclusiones se acercan bastante a lo que afirman los católicos: la sangre sería verdadera sangre humana, del grupo AB; la carne por su parte sería verdadera carne, en concreto sería tejido del miocardio, también con el tipo sanguíneo AB. Sin embargo, en ambos casos sus resultados son más inciertos de lo que sus acólitos o incluso él mismo intentan pintar.
La sangre
De acuerdo con Linoli, la sangre estaría compuesta por cinco coágulos que pesarían en total 15,85 gramos. No se hace referencia alguna a que por separado pesen también 15,85 gramos, ni a que lo hagan en cualquier combinación, pero en una versión previa del texto, que entregó a las autoridades eclesiales, sí que aclara que cada coágulo tiene un peso distinto, algo que al parecer ya se había comprobado en 1886. Los pesos reales serían tan dispares como 8 gramos en la bola más pesada frente a tan solo 5 miligramos en la más ligera, así que podemos afirmar que esa parte del milagro es sencillamente falsa10.
Para determinar si están o no compuestos por verdadera sangre, Linoli realiza varias pruebas: examen microscópico, prueba de Teichmann, de Takayama, de Stone y Burke, y cromatografía en capa fina.
En el examen microscópico, el resultado es el siguiente “no aparecen elementos celulares sino un material finamente granular, de color amarillo-marrón-verdoso, junto a raros cuerpos extraños de probable naturaleza vegetal”. No hace ningún comentario más ni saca ninguna conclusión de esto.
Respecto a las pruebas de Teichmann y de Takayama, ambas para detectar hemoglobina, resultaron negativas. No obstante, Linoli argumenta que esto se puede deber a una “desnaturalización de la muestra” por el paso del tiempo. Investigando un poco, encuentro que es cierto que en muestras antiguas estas pruebas pueden dar falsos negativos, así que no haré ninguna objeción.
Sobre la prueba de Stone y Burke, que resulta positiva, soy incapaz de encontrar ninguna información, pero Linoli aclara que es para la detección de oxidasa, y sí es sencillo encontrar que la oxidasa no es ni mucho menos una molécula exclusiva de la sangre. El propio Linoli reconoce que no se puede sacar ninguna conclusión de la detección de oxidasa, ya que esta puede darse “en presencia de órganos ricos en fermentos, de extractos vegetales o de metales finamente divididos”, y recordemos que en el examen microscópico decía haber detectado “raros cuerpos extraños de probable naturaleza vegetal”.
Finalmente está la cromatografía en capa fina. Esta técnica consiste en colocar la muestra en una placa de gel de sílice en posición vertical, y esta sobre un líquido solvente; posteriormente, el líquido subirá por la placa por capilaridad, arrastrando los distintos componentes de la muestra más o menos arriba dependiendo de la polaridad de estos; finalmente se mide cuánto han avanzado los distintos puntos que encontremos desde la colocación inicial de la muestra, se divide entre la distancia que haya recorrido el solvente, y eso da el Rf (ratio of front).
Al realizarla sobre la sangre de Lanciano, Linoli se encuentra con un punto que arroja un valor del Rf de 0,88, que coincidiría con el valor que habría medido en las mismas condiciones para una muestra de hemoglobina. A partir de esto, Linoli concluye la presencia de hemoglobina y por tanto que la muestra en cuestión es realmente sangre, pero esta conclusión es precipitada. La cromatografía en capa fina solo puede tener valor probatorio cuando es en sentido negativo, esto es, cuando arroja valores dispares de Rf, pero no al revés, ya que distintas moléculas pueden tener el mismo Rf, y por tanto en este caso la identificación sería meramente indiciaria, a la espera de confirmarse con otras pruebas11.
Habiendo concluido que está ante sangre, realiza la llamada prueba de Uhlenhuth para determinar la especie, concluyendo que debe ser humana. Incluso aunque diésemos por buena la conclusión de que estamos ante sangre (ya que esta prueba puede dar la misma reacción ante proteínas con cualquier otro origen12), Linoli vuelve a precipitarse, y es que no hace falta ir más allá que la misma referencia que da Linoli sobre esta prueba13, donde dice que exactamente la misma reacción se observa con la sangre humana que con sangre de otros primates o incluso de mapaches, haciendo imposible distinguirlas. Hoy sabemos que estas reacciones cruzadas se dan con más especies, incluyendo incluso perros y gatos14.
Luego viene la identificación del grupo sanguíneo, que resulta ser AB. Esto se suele ofrecer como prueba por dos motivos: el primero es que coincide con la Sábana Santa, y los defensores de los milagros eucarísticos suelen serlo también de la Sábana; el segundo es que el grupo AB, siendo muy minoritario en todo el mundo, no lo sería entre los judíos de la antigüedad. Dado que sabemos con absoluta seguridad, tanto por razones históricas como por el análisis de la propia pieza, que la Sábana Santa es una falsificación del siglo XIV, no será necesario prestar más atención a ese tema.
Ahora bien, ¿es cierto al menos que ese sería el grupo sanguíneo más común entre los judíos de la antigüedad? Pues lo más probable es que no. Es cierto que un estudio encontró el grupo AB en 28 de 55 esqueletos de Jerusalén de entre 1600 y 2000 años de antigüedad15, un resultado que los mismos autores señalan que se ha encontrado en otros análisis de esqueletos de Egipto. Pero esta prevalencia es inverosímil atendiendo a la que presentan sus descendientes en la actualidad, explicándose de forma más sencilla por el hecho de que, con determinados métodos serológicos, la sangre antigua tiende a dar este resultado independientemente del grupo sanguíneo original, si es que no se da incluso en ausencia de sangre debido a contaminación fúngica o bacteriana16. Lejos de ser una señal de que la sangre podría pertenecer realmente a Jesús, el grupo AB podría serlo de que no se han hecho bien los análisis.
Más convincente, al menos por mi limitado conocimiento del tema, resulta el análisis electroforético con el que continúa. Mediante este método, Linoli habría detectado la presencia de Albumina y de globulinas en las proporciones dentro de los márgenes esperados en una muestra de suero sanguíneo.
Finalmente mide la presencia de minerales en la muestra, comparándola con otras 10 muestras de sangre seca. En este caso los resultados no podrían ser más discordantes, especialmente el calcio, que multiplica por más de 20 el máximo valor de las otras 10 muestras; el cloro, que divide el mínimo por 14; y el fósforo, que hace lo propio por 4. Solo el potasio daría un valor dentro de la normalidad.
Estas discrepancias las atribuye por un lado al “envejecimiento y empobrecimiento de las sustancias del tejido”, y por otro al intercambio de minerales con las placas de vidrio en las que se ha mantenido, o incluso la caída de polvo rico en calcio de las paredes.
En resumen, es probable que estas bolas sí que contuviesen sangre, aunque la especie de origen resulta todavía incierta, y hoy en día se encontraría muy deteriorada y contaminada, si es que no estaba ya en origen mezclada con otras sustancias.
La carne
Comienza Linoli diciendo sobre la carne que “está conservada en un ostensorio del siglo XVIII de plata finamente grabado, mantenida entre dos láminas de vidrio, tiene forma redondeada con diámetros de 55 y 60 mm, color amarillo-marrón, con alguna sombra de mayor intensidad”. Después destaca su extrema dureza, describiéndola como de madera, que le obligó a hacer mucha fuerza con la cuchilla para poder obtener dos fragmentos. Dice además que “La lámina de tejido parece adelgazada y ampliamente desgarrada en el área central, debido a la retracción del tejido hacia la periferia, donde parece levantado en pliegues circulares”. También es interesante su observación, a la que no da demasiada importancia, de que “en el área marginal de la lámina circular del tejido se notan pequeños agujeros, evidente signo, en la antigüedad, del paso de una aguja”
Para comprobar si es verdadera carne, en este caso el único análisis es la observación al microscopio. Como en el caso de la sangre, los primeros resultados no son alentadores, ya que, según dice “El perfil estructural del tejido aparece notablemente modificado por la incapacidad de colorear los núcleos y por cierto grado de homogeneización global”. De nuevo, si estamos ante verdadera carne, esta se encontraría muy deteriorada por el paso del tiempo.
A pesar de eso, dice poder distinguir fibras musculares, concretamente del miocardio diagnóstico que no voy a discutir17. Como con la sangre, supongamos que estamos hablando de verdadera carne, solo que con los matices ya mencionados.
¿Donde está el milagro?
Concediendo todo lo que hay para conceder a Linoli, lo que vendría a confirmar es que en la Iglesia de Lanciano hay guardado un trozo de corazón y 15,85 gramos sangre, pero eso no tiene nada de especial, yo mismo cargo todo el día con más de 5 litros de sangre y un corazón completo. El supuesto milagro estaría en que esa carne y esa sangre hubieran sido pan y vino en algún momento anterior, ¿pero por qué deberíamos pensar eso?
En principio, la única prueba a favor de este hecho no estaría en los análisis de Linoli, sino en el testimonio histórico, pero es que la contundencia de este sería más bien poca. Lo más temprano que tenemos es una referencia a un reconocimiento del milagro el 17 de febrero del 157418, y a partir de ahí tenemos un buen puñado de fuentes, estando entre las más relevantes: un sacerdote que en el 1586 decía que en la Iglesia de san Francisco de Lanciano se encuentra la carne y la sangre de Cristo; una descripción bastante detallada por parte de un historiador, de nombre Fella, a comienzos del siglo XVII; un documento del 1631 donde se cuenta la historia de las dudas del monje, la transformación, el milagro de los pesos de la sangre, y un milagro de teletransportación; y una inscripción de 1636 donde se menciona la ocurrencia del milagro en el año 700, así como el milagro de los pesos19.

Antes de ese año 1574, no tenemos absolutamente nada. Fella dejó escrita una entrevista con dos padres franciscanos en las que se mencionó la supuesta existencia de un documento antiguo en el que esta historia habría quedado registrada, pero que muy convenientemente habría sido robado 70 años antes por dos monjes basilios que querían borrar este hecho de la historia por la vergüenza que les provocaba que uno de sus colegas hubiera tenido esa duda, desapareciendo para siempre20.
Dado que las fuentes más tempranas que tenemos son casi un milenio posterior a los supuestos hechos, parece completamente injustificado pensar que suponen una prueba convincente del carácter milagroso de las reliquias. Yo me atrevo a llevar esta conclusión un paso allá, proponiendo que si no encontramos ni una sola fuente antes de la segunda mitad del siglo XVI es, probablemente, porque fue entonces cuando ese milagro se creó, añadiendo el detalle de que ocurrió 900 años atrás para darle más empaque.
La motivación de este fraude está más clara en esta época que en cualquier otra, en un periodo de tiempo en el que el catolicismo tenía que competir contra ramas protestantes, siendo que muchas de ellas negaban justamente la literalidad de la transustanciación, siendo ese primer reconocimiento del 1574 tan solo 23 años después de su dogmatización en el concilio de Trento. En este sentido, la historia del monje que tuvo dudas sobre la presencia de Jesús funcionaría como una táctica apologética más en la que se apela justamente a aquellos que, como aquel monje, tienen dudas, táctica que vemos repetida en múltiples ocasiones, como ocurre hoy en los incontables propagandistas cristianos que, a veces honestamente y a veces mintiendo, enfatizan constantemente su pasado ateo, agnóstico, pagano, o hereje. Táctica que probablemente juzgasen como efectiva, ya que se convirtió en prácticamente un tópico dentro del género literario de los milagros eucarísticos21.
Esta hipótesis explicaría también por qué se dio la casualidad de que, tras 900 años en su poder, el documento original que atestiguaba el milagro se perdiera casualmente unas pocas décadas antes de que comience su historia conocida. Tal documento no sería más que una invención, bien de los mismos monjes que entrevistó Fella, bien de sus predecesores. Desde luego, me parece mucho más verosímil que pensar que los monjes basilios verían dañino para su reputación el que uno de su orden fuese obsequiado con un milagro divino tan solo porque, como ocurrió a Santo Tomás, este milagro le viniese en un momento de debilidad de su fe.
Explicaría también el milagro de los pesos, que hoy sabemos falso. ¿Por qué nuestras primeras fuentes mencionarían ese hecho, si no es real? He leído a algunos especular con que tal vez sería por lo rudimentario de los aparatos de medición, pero esto es inverosímil, ya que uno no necesita una báscula para diferenciar entre un peso de 5 miligramos y uno de 16 gramos, sino que basta con la mano desnuda. La explicación más razonable es que simplemente mintieron, estaban intentando volver más persuasivo el milagro recargándolo de imposibilidades, sin pensar que en un futuro eso se les podría volver en contra al dejar algo demasiado fácilmente verificable y en manos de gente que ya no formaría parte de la conspiración.
Y por último, explicaría los agujeros en el borde de la hostia que el mismo Linoli dijo que eran signo del paso de una aguja. Esto no sería más que una marca dejada por la manipulación a la que fue sometida la carne hasta lograr su resultado final.
¿Qué objeta Linoli para afirmar que esto solo puede ser fruto de un milagro? Dos argumentos muy débiles: El primero es que para realizar un corte del miocardio tan superficial sería necesaria “una mano experta”; el segundo es la propia conservación de la hostia durante siglos, al no haber encontrado en ella “sustancias momificantes”.
La primera objeción la despacho rápido, si dice que sería necesaria una mano experta pues será que el corte lo hizo una mano experta. He visto lonchas de jamón más finas y no me he creído que Dios bajó a cortarlas.
La segunda objeción la da sin justificarla de ningún modo, ya que no menciona ningún intento por detectar dichas “sustancias momificantes”. Pero es que aunque lo hubiera hecho daría igual, porque no es necesaria ninguna sustancia momificante para momificar, sino que basta con deshidratar la carne22, y el propio Linoli nos dice que esa hostia está completamente deshidratada.
Y pensémoslo bien, si realmente el milagro consistiese en la conservación ¿acaso no sería un milagro más bien chapucero por parte de Dios? Recordemos la descripción dada por Linoli tanto de la hostia como de la sangre, ambas distando mucho de una conservación perfecta: Ni la sangre ni la carne tenían siquiera núcleos celulares, el mismo Linoli justificó el negativo en los tests de Takayama y de Teichman por la “desnaturalización” de la sangre, y la carne llegó a compararla incluso con madera. Parecería más bien el resultado de un imperfecto proceso natural, que de la mano divina intentando hacernos llegar la verdad de la eucaristía.
Ricardo Castañón
Tras Linoli, y hasta hoy, hablar de milagros eucarísticos es hablar de un hombre: Ricardo Castañón. Él es el responsable de la verificación de multitud de milagros, la mayoría de los que he encontrado que tuvieran el más mínimo estudio. Solo hay un problema: no es más que un estafador, un mentiroso patológico, y uno que ni siquiera es muy hábil a la hora de ocultar sus embustes. Para darse cuenta de esto, podría no ser necesario ir más allá de su carta de presentación, el curriculum que tiene colgado en su web23, y es que en él afirma que “Por su aporte científico ha sido distinguido con el Esculapio de Plata por el Comité de defensa civil de las Naciones Unidas”, un dato dudoso al no solo no haber ningún rastro de la existencia de dicho premio, sino ni siquiera de la existencia de dicho órgano de la ONU. Tampoco tengo clara su pertenencia a la legión de oro, que afirma inmediatamente después, ya que no figura en la lista de miembros de su web24, y cuando les pregunté por correo electrónico, me contestaron que no les consta como miembro.
Intentando construir una breve biografía suya, apenas he encontrado dato alguno sobre él antes del año 1992. Lo único que está relativamente claro es que sí que fue una figura relativamente importante en la psicología académica de Bolivia de comienzos de los 80, y que durante esa época también trabajó en Alemania25. Entre los años 80 y el 92 no he encontrado nada, pero por un par de declaraciones de Castañón sobre posiblemente su primer milagro estudiado, en las que dice que lo abordó como una investigación parapsicológica y que su primera hipótesis de trabajo era la telequinesis, un tema que dijo que había estado estudiando26, sospecho que se estaba dedicando a la parapsicología, lo que confirmaría que ya en aquella época había decidido reconducir su carrera hacia el mundo de la estafa. Esto daría una explicación a por qué alguien decidiría llamar a Castañón para que investigue una estatua llorona, algo en principio sin ninguna relación con la psicología, pero apropiado para un “amante del misterio”.
En esta época, según le gusta repetir en todas sus conferencias y libros, era un ferviente ateo, pero sus contradicciones a este respecto son suficientes como para sembrar la sombra de la duda. Según dice hoy en día, habría sido ateo toda la vida, o en sus propias palabras “yo he sido ateo no porque me he peleado con Dios sino porque no lo he conocido”27, pero uno de sus colaboradores, Ron Tesoriero, escribió en 1993 que el propio Castañón le dijo que había sido católico desde su niñez, pero abandonó la religión por una serie de trágicas muertes en su entorno, especialmente la de su esposa28. Sin embargo, las principales contradicciones no vienen aquí, sino en su proceso de conversión.
Si atendemos a lo que escribió en su libro “Más allá de la razón” lo primero que le hizo dudar de su ateísmo fue su investigación, en junio de 1992, sobre una estatua que lloraba en sudamérica, pero la conversión no ocurriría hasta, al menos, su investigación de las visiones de una tal Nancy Flower en Estados Unidos, investigación que comenzó en septiembre del mismo año y concluyó en 199329. Parece que este relato estaría incompleto, ya que en una entrevista a una fundación dedicada a la promoción de las apariciones marianas de Medjugorje, Castañón comenta que fue justamente un libro sobre estas apariciones el que inició su despertar espiritual30. Este se le habría regalado en marzo de 1992, pero él no lo habría leído hasta mayo, tras lo cuál le entrarían unas enormes ganas de rezar, por lo que tuvo que acudir a su madre ya que él no sabía hacerlo, momento en el que ella le explicó el por qué de este repentino cambio “Hijo, hijo, te estas convirtiendo, hoy es Pentecostés”, y después, en junio de ese año, dice en la misma entrevista que vendría el primer milagro que estudia, la estatua de la que hablamos antes.
Hasta aquí no parece haber contradicciones, tan solo un relato fragmentado, pero hay un problema: el día de pentecostés de 1992 no fue en mayo, sino el 7 de junio. Ante esto caben dos opciones: bien se equivocó en el año, bien se equivocó en el mes; Castañón opta, en momentos distintos, por ambas opciones. La referencia más temprana que he encontrado sobre este relato, si bien no menciona en absoluto el libro de Medjugorje, está en los agradecimientos de un libro suyo de 2018, y en él se nos dice que los hechos ocurrieron ese 7 de junio de 1992, fecha que celebraría hasta hoy como la de su particular renacimiento31. En un vídeo más reciente sitúa este suceso en el día de pentecostés de 1993, el 30 de mayo, coincidiendo en mes con lo dicho en la anterior entrevista32. ¿Cómo es posible que tenga tanta confusión con las fechas si, como dice en el libro, es para él desde entonces una fecha de celebración? ¿Cómo es posible que la confusión llegue a tal punto de no saber si este momento clave en su vida espiritual llegó antes o después que otros igualmente importantes, como la estatua de junio de 1992, o las investigaciones de Nancy Fowlers? ¿Y por qué nunca lo menciona en entrevistas u obras anteriores cuando habla sobre su conversión?
Asumamos, por tener la interpretación más benevolente posible, que realmente lo dicho por Castañón ocurrió el 7 de junio de 1992, y que las confusiones posteriores son simplemente eso, confusiones por su parte, ¿Tenemos entonces una historia de conversión coherente? No, todavía no, porque hay un cabo suelto más, la Organización Internacional para la Paz, que él fundó y dirige y bajo la que publica sus libros. Esta organización se creó con el expreso propósito de hacer proselitismo cristiano entre universitarios, poniéndole ese nombre tan ambiguo con el objetivo de que no sean obvias sus intenciones, y de esa forma poder tomar a los escépticos con la guardia baja33. Debido a esto, es imposible sostener que todavía podía ser ateo cuando fundó dicha organización, y esa organización se fundó el 16 de julio de 199234.
Castañón insiste una y otra vez en que su conversión no tuvo lugar realmente hasta la investigación de las visiones de Nancy Fowlers, que empezarían en septiembre de 1992, algo que le habría dicho a Ron Tesoriero y que este habría dejado por escrito ya en 1994, pero mintió. Cuando empezó a estudiar el milagro de Nancy Fowlers, Castañón no solo era ya católico, sino que ya se dedicaba a la propaganda católica, y decidió inventarse que comenzó las investigaciones siendo ateo para darle más credibilidad, estrategia que ha mantenido hasta el día de hoy. No entraré en si realmente hubo alguna conversión en aquellos años y él se limitó a cambiar los detalles para reacomodarlos a sus necesidades, o si nunca en su vida fue ateo y es todo pura invención, o si todavía lo es y simplemente finge ser católico para aprovecharse de los incautos, porque para determinar esto no tengo suficiente información.
Con esta pequeña reseña biográfica, además de responder a uno de los argumentos más utilizados por sus partidarios más burdos, que es el “era un científico ateo y se convirtió gracias a su investigación de los milagros eucarísticos” (ignorando que ni siquiera él mismo menciona a los milagros eucarísticos como causa de conversión, sino otros anteriores), lo que pretendo es mostrar su falta de honestidad y el descaro a la hora de mentir o manipular los hechos cuando convenga a su relato. Ahora bien, ¿es esta falta de honestidad suficiente como para poner en tela de juicio sus investigaciones en materia de milagros eucarísticos? ¿o son estas rescatables independientemente del autor? Para responder a esta pregunta, analizaré su primera investigación en esta materia: la de los milagros eucarísticos de Buenos Aires de 1992 y 1996.
Los milagros eucarísticos de Buenos Aires
Editado el 27/04/2025: Cuando escribí este artículo no había mucha información al respecto de estos milagros, pero recientemente una bloguera, skeptasmic, ha hecho un trabajo encomiable, replicando tanto la hostia de Buenos Aires como algunos de los experimentos hechos sobre ella. Dejo el resto del artículo inalterado, pero recomiendo, antes de acudir a mí, ir directamente a su canal de youtube, donde ya ha subido un magnífico vídeo y espera subir otros dos más replicando más experimentos. Es mucho mejor de lo que yo haya podido hacer.
Fue en 1999 cuando el hoy papa Francisco, en aquel momento arzobispo Bergoglio, encargó a Castañón el estudio de unos milagros eucarísticos ocurridos en la parroquia de Santa María de Buenos Aires. Aunque suelan tratarse de forma unitaria, en realidad los milagros ocurridos en ese lugar fueron tres: uno en 1992, otro en 1994 y otro en 1996
Tanto en 1992 como en 1996, el supuesto milagro se dio después de que una hostia se callera al suelo, se encontrase poco después demasiado sucia para consumirse, y el sacerdote decidiese colocarla en agua para así dejar que se disuelva. Días después, al volver a verla, se encontrarían con que la hostia tendría manchas rojizas, lo que les llevaría inmediatamente a pensar en el milagro eucarístico35. El de 1994 sería sustancialmente distinto y bastante menos espectacular, consistiendo simplemente en una supuesta gota de sangre que habría corrido en el interior del copón de la eucaristía, dejando una pequeña mancha36.
Castañón decidió ignorar por completo el de 1994, estudiando únicamente los otros dos, y hasta donde sé, nadie ha mencionado ningún tipo de investigación, así que lo ignoraré por completo y me centraré tan solo en aquellos de 1992 y 1996.
El microscopio
La primera investigación al respecto sería anterior a la intervención de Castañón, por parte de una tal Adhelma Segovia de Sasot, que determinó en dos informes que la muestra que se le dio del milagro de 1992 contenía sangre. Para esto no realizó ningún tipo de test como podría ser el de los cristales de Teichmann, ya bien conocidos en este blog, sino que simplemente realizó una observación al microscopio y llegó a la conclusión de que estaba ante sangre porque reconoció glóbulos blancos en la muestra37. Dado que luego se llamaría a Ricardo Castañón para posteriores estudios, no se debió considerar este informe como muy concluyente.
Cuando Castañón entra en escena, se toman nuevas muestras del milagro de 1992 y de 1996, y estas se envían a, como mínimo, 7 especialistas distintos durante un periódico de al menos 5 años para que lo observen al microscopio, cada uno de ellos llegando a conclusiones distintas. Primero se enviaría al laboratorio Forensic Analytical, que nos dice que pudo ver un material rojo oscuro “sin ninguna característica identificable” y unido a otro blanco y fibroso, que se transformó en partículas marrones al secarse; años después se enviaría a Robert Lawrence, doctor y empleado de Delta Pathology, del que Castañón solo nos dice que encontró glóbulos blancos, pero cuyo diagnóstico completo conocemos gracias a Tesoriero y fue que se trataba de células de la piel infiltradas con glóbulos blancos y contaminadas con hongos; tras Robert Lawrence, vendrían Peter Ellis, de la Universidad de Sidney, y Thomas Loy, de la Universidad de Queensland, que también verían células de la piel; John Walker, también de la Universidad de Sindey, sería el primero en describir lo que ve como músculo, aunque sin especificar qué tipo de músculo; en sexto lugar vendría ni más ni menos que Odoardo Linoli, el encargado del milagro de Lanciano, que sería el primero en sugerir que la muestra podría consistir en músculo cardíaco (tras lo cual, Lawrence cambiaría de opinión y pasaría a decir también que podría ser músculo cardíaco); no sería hasta que esta llegase a otro viejo conocido nuestro, el sindonólogo Friederick Zugibe, que encontraríamos a alguien afirmando categóricamente que lo que tenía ante sus ojos era tejido del corazón38.
Cabe mencionar que, salvo por Forensic Analytical, de ninguno de los encargados tendríamos la opinión sobre el milagro de 1992, sino tan solo sobre el de 1996. El motivo de esto no se conoce, bien Castañón y Tesoriero decidieron interrumpir el estudio de este milagro por alguna razón que no se nos explica, bien sí que continuaron estudiándolo pero no consideraron adecuado publicar sus conclusiones.
Contando tanto el de 1992 como el de 1996, tendríamos ocho personas distintas que habrían visto estos supuestos milagros al microscopio, y de estas ocho personas tendríamos una que afirmó ver sangre, otra que afirmó no encontrar nada reconocible, tres que creyeron ver piel, y otros tres que creyeron ver músculo, de los cuales uno dijo que probablemente sería corazón y otro lo afirmó con contundencia. Frente a esta discrepancia, que yo mismo no sé como explicar del todo satisfactoriamente, se me ocurren cuatro opciones que pueden combinarse: que los supuestos expertos no son tan competentes como deberían; que lo son, pero su juicio está sesgado bien consciente bien inconscientemente; que lo que ven, por el motivo que sea, resulta demasiado confuso para identificarlo claramente, y lo que dan es simplemente una opinión más o menos especulativa; que no a todos se le hubiera entregado las mismas muestras, sino que en algún momento se le hubiese dado el cambiazo. Ninguna de estas opciones resultaría muy alentadora para la postura cristiana.
Ahondando en este asunto, también puede levantar suspicacias que los dos últimos, los únicos que hablaron de músculo del corazón, conclusión que se adoptó finalmente como postura oficial por Castañón y Tesoriero, sean dos personas tan cercanas al mundo de los milagros como Odoardo Linoli, investigador del milagro de Lanciano, y Friederick Zugibe, reconocido sindonólogo. Parece sencillo pensar que tal vez Castañón y Tesoriero podrían haberse desesperado al no encontrar las conclusiones que esperaban, y podrían haber decidido acudir a gente que pudiera tener un sesgo favorable a sus ideas para intentar así obtener algo que pudieran vender. Sin embargo, tenemos suficiente información sobre el caso de Zugibe como para saber que este sesgo no fue determinante en su juicio, o al menos no en el sentido que a ellos le hubiese gustado.
La manipulación de Zugibe
Si antes insistía en la deshonestidad de Ricardo Castañón, donde esta más se manifiesta es en la representación que hace de los descubrimientos de Zugibe, mezclando manipulación y mentiras para mostrar como sólido un caso que sabe que no lo es.
Según Castañón, al ver la muestra, de cuya procedencia en aquel momento no sabía nada, Zugibe no solo habría dicho que se trataba de corazón, en concreto del ventrículo izquierdo, sino también de sangre. Además, este tejido pertenecería a alguien que “ha sufrido mucho” y que recibió un golpe en el pecho que le provocó un infarto, lo que Castañón conecta con la pasión. Pero la conclusión más importante de Zugibe, la que probaría definitivamente el carácter milagroso del fenómeno, es la de que ese corazón no solo sería de alguien cuya muerte fue muy reciente, sino que el corazón todavía estaba vivo en el momento de la extracción de la muestra39. Con esto se borraría toda sospecha de cambio en la muestra, a menos que pretendamos incluir un asesinato en la conspiración tras el milagro.
Lo que acabo de relatar es lo que Castañón dice y escribe en sus momentos más moderados, pero en ocasiones se suelta y decide dar detalles mucho más interesantes. Pongamos esta transcripción de una conferencia suya, dada unos meses después de recibir las conclusiones de Zugibe:
Se le entregan a él (Zugibe) las muestras y este dice: "Esta persona, que tenía este corazón, tiene que haber muerto muy maltratada, porque en su corazón hay lesiones que muestran que ha sido muy golpeado. A este hombre lo han torturado." ¡El no sabe que esto es una hostia!
¿Y luego qué es lo que sucede? Él dice "pero algo ustedes me tienen que explicar: ¿Cómo es posible que, cuando yo estaba estudiando esta muestra, la muestra palpitaba, latía? Así que explíquenme cómo le sacan ustedes el corazón a un muerto y me lo traen vivo hasta mi laboratorio en Nueva York” "Profesor Zugibe, no es lo que usted piensa, esto es una hostia consagrada que ha empezado a sangrar" ¡Imagínense!, ¡él tiene más pelos que yo y casi se los arranca todos!40
Con un descubrimiento tan impactante, negar el milagro ya resultaría completamente imposible, seguro que Zugibe habría quedado enormemente impactado y convencido de este milagro, sabiendo además que no tenía ninguna predisposición contra los milagros. La única duda que se me presenta es cómo no me he enterado de esto antes, en el libro que Zugibe escribió posteriormente sobre la muerte de Jesús y que yo tuve que leer para mi artículo sobre la Sábana Santa41. Tal vez el asunto le pillase ya con el libro casi acabado y quisiese dejar esta nueva revelación para una obra posterior en la que dar un desarrollo más sosegado, pero tal obra nunca se escribió. ¿Y habrá hecho al menos alguna declaración pública? Lo único que he sido capaz de encontrar no es una declaración suya, sino de sus allegados tras su muerte, y fue para desmentir tajantemente que él hubiese verificado ningún milagro eucarístico. Dicen que se le dio una muestra que al microscopio aparentaba contener células del corazón, pero que no se le dio ninguna prueba en absoluto de que estas proviniesen de la susodicha hostia, y por eso nunca aceptó el milagro42.
Puede que no se le diese pruebas de la adecuada cadena de custodia, pero ¿qué hay del hecho de que se hubiese extraído de alguien que fue torturado, y mientras el corazón aún estaba vivo? ¿Acaso acusa a Castañón de haber secuestrado a alguien, haberle sometido a graves torturas, y abrirlo mientras está con vida para cortarle un trozo de su corazón? ¿Y cómo se las apañaría para que el corazón todavía siguiera vivo incluso durante su examen? No, es más sencillo, la realidad es que Zugibe nunca dijo nada ni remotamente parecido a eso. Por suerte, Ricardo Castañón tiene en tan baja estima a su público objetivo (con razón, por lo que parece), que él mismo nos ofrece las pruebas de sus mentiras.
Los informes de Zugibe están incluídos en los anexos de los libros de Castañón43 y, si les damos presunción de acierto, son prueba de que la carne que vio no es la la de la hostia de Buenos Aires. Por supuesto, en ningún momento habla de células palpitantes ni vivas, ni dice que lo estuvieran en el momento de la extracción, del mismo modo que tampoco habla de sufrimiento ni tortura alguna, ni habla tampoco de sangre.
Las principales conclusiones de Zugibe son cuatro: que está ante tejido del corazón; que “el paciente” sufrió un infarto que duró unos días hasta su muerte; que este infarto lo provocó una obstrucción de la arteria coronaria que a su vez pudo estar provocado por una arteroesclerosis, por un trombo, o por un fuerte golpe a la altura del pecho; y que es imposible que la muestra que se le ofreció hubiera estado durante días sumergida en agua, como se le dijo, porque el tejido se habría vuelto irreconocible y los glóbulos blancos se habrían disuelto.
Esta causa de la muerte nada tiene que ver con ese “ha sufrido mucho, fue torturado” que Castañón decía, y nada tiene que ver con el relato bíblico de la pasión. Incluso aunque aceptásemos la versión más generosa con ellos, que es la del golpe en el pecho, este seguiría sin tener nada que ver con lo que dice la Biblia, porque entre el arresto de Jesús y su muerte no llegó a pasar un día, y lo que nos dice Zugibe es que este fue un infarto de varios días. Para poder seguir relacionando ese trozo de corazón con Jesús, tendríamos que pensar que este habría recibido algún golpe fortuito tiempo antes de su arresto, y que este golpe sería el que le obstruiría una arteria provocando un infarto que duraría, por pura casualidad, hasta su muerte en la cruz. Puede que para los más obcecados esta sea una hipótesis verosímil, pero desde luego lo que no hace es incrementar la probabilidad percibida de que estemos ante la carne de Jesús, en lugar de la más razonable alternativa de que estamos ante un trozo de corazón extraído en una morgue del cadáver de una persona que sufrió la muerte más común en nuestra era, o incluso un trozo de corazón sacado de algún animal no humano.
Fuera de estos informes, Ricardo Castañón nos ofrece una transcripción de las grabaciones del momento en el que Zugibe hizo su examen, y es cierto que en ellas dice, si no que el tejido estaba vivo en ese instante, sí al menos que lo estaba en el momento de la extracción, lo que ya sería bastante determinante44. Afortunadamente, el mismo Castañón nos dice que esta transcripción proviene de unas grabaciones de una reunión entre Ron Tesoriero y Zugibe, grabaciones que Ron Tesoriero publicó como parte de un documental, y gracias a ese documental sabemos esas palabras no salieron de la boca de Zugibe, sino solo de la imaginación de Castañón45.
Quiero hacer una vez más énfasis en esto, porque es la clave para entender toda su carrera. Esto no es un caso de alguien a quien su sesgo de confirmación le lleve a cometer errores más o menos evidentes pero honestos, como podría ser el caso de la mayoría de miembros del STURP o del mismo Odoardo Linoli. No, Ricardo Castañón se sentó un día frente a su ordenador y decidió escribir una conversación que jamás tuvo lugar. Él sabe perfectamente que lo que dice es falso, porque él mismo lo está creando desde cero, igual que ocurría en la conferencia en la que hablaba de ese tejido que palpitaba bajo el microscopio de Zugibe. Lo repetiré una vez más: cuando hablamos de Ricardo Castañón estamos hablando de un estafador, un embustero, alguien sin ningún tipo de escrúpulo ni límite ético a la hora de falsificar pruebas en favor de unos milagros que sabe ficticios para poder venderlo a los más pánfilos seguidores de una religión que, a estas alturas, ni siquiera puedo estar seguro que profese. Todas sus investigaciones están afectadas por este vicio, porque ni siquiera son investigaciones en primer lugar, sino que simplemente son una farsa con la que alimentar la historia cuya conclusión ya tiene redactada antes de comenzar.
Con respecto a los días pasados en agua ¿quería decir con esto que estaba ante una conservación milagrosa? Nada más lejos de la realidad, ya que él mismo describe un “tejido que presenta cambios degenerativos del tejido del miocardio (tejido del músculo cardíaco) con pérdida de la estriación de las fibras musculares, picnosis nuclear”, lo que pretende decir es justo lo que se dice en el comunicado de su asociación, que ese tejido que él estaba estudiando no estuvo días sumergido en agua, o lo que es lo mismo, alguien (Ricardo Castañón) ha cambiado la muestra. Habiendo establecido ya que el hombre que se la entregó es un farsante sin miramientos, no resulta en absoluto una hipótesis descabellada, ni siquiera improbable. La otra opción es que Zugibe se hubiera equivocado, opción que no descarto, pero no sé cuan verosímil es que un cardiopatólogo como él pueda cometer un error de esta naturaleza.
Las hipótesis naturalistas
Hemos visto por qué no debe prestarse atención a Castañón, pero todavía queda una cuestión por responder ¿qué ocurrió en la parroquia de Santa María de Buenos Aires en los años 1992 y 1996? Al fin y al cabo había afirmaciones de milagro antes de que él llegase y lo manchase todo con su corrupción. Para esto solo debemos volver a la sección de este artículo dedicada a las posibles hipótesis naturalistas de cualquier milagro eucarístico.
La primera opción es el fraude, que alguien haya colocado esa carne humana en la hostia, o la haya sustituido por ella, y la haya regado en sangre. Entonces ¿Por qué sería necesario sustituir la muestra dada a los investigadores? Al fin y al cabo la original ya sería carne humana, o al menos carne, porque es de esperar que eso sea lo que hubiese usado alguien que pretendiese cometer un fraude, pero la respuesta podría estar en el motivo que nos lleva a hacer la pregunta: la conservación en agua. Zugibe nos dice que si realmente lo que ve hubiese estado días sumergido en agua, como se nos dice que estuvo la hostia, sería imposible identificarlo porque no tendría ninguna característica morfológica, y eso es exactamente lo que dijeron en Forensic Analytical. Es razonable pensar que en un primer momento hubiesen enviado la muestra original y solo después, al ver que no se podía sacar nada de ahí, decidieran sustituirlo por carne más fresca, explicando ese cambio de opinión. Podemos incluso especular que la diferencia entre los tres microscopistas que vieron piel, y los tres posteriores que consecutivamente vieron músculo y corazón humano, podría estar en el tiempo que necesitaron para poder hacerse con un pedazo de corazón humano de algún muerto reciente
La segunda posible explicación naturalista de los hechos, y la que yo veo más razonable, es la biológica: algún hongo o bacteria que pudiera dar un color rojizo que confundir con sangre o músculo. Desde luego, el proceso por el que se gestaron ambos milagros, primero manchando con tierra las hostias y luego sumergiéndolas el agua, parece el modo perfecto para cultivar esta clase de organismos. Y si a Castañón, con la intención poco velada de sugerir una conservación milagrosa, le gusta destacar que el agua destilada (usada durante un tiempo en el segundo milagro) es el peor medio para conservar cualquier sustancia orgánica46, la realidad es que en el caso de hongos el sumergirlos en agua destilada es justamente un método de conservación relativamente eficaz47.
Ahora bien, ¿tenemos alguna razón contundente para pensar que eso sea lo que ocurrió? Para eso solo hace falta ver el “milagro” del que estamos hablando".

Estas fotografías son del mismo día en el que se presenció el supuesto “milagro”. Esto es lo que vieron y lo que les llevó a pensar que Jesús se había manifestado de forma visible en esa hostia, mostrando su sangre y su carne. Esto es, para cualquiera que no esté totalmente fanatizado, una infección de hongos sin el más mínimo parecido a un trozo de corazón manchado de sangre.
Claro que ese “que no esté totalmente fanatizado” puede ser mucho pedir, pero afortunadamente Ricardo Castañón nos ha ofrecido, sin señalarlo, pruebas de que lo que vemos no es ni sangre ni músculo y que no requieren ningún tipo de juicio personal: las pruebas de Forensic Analytical, el único equipo que no se limitó a la microscopía, sino que realizó análisis químicos y de ADN48.
De estas pruebas adicionales Castañón tan solo menciona las de ADN, ya que se encuentra ADN humano y esto lo toma como una prueba definitiva a favor de su hipótesis. Ahora bien, ¿cuánto ADN humano encontraron? una cantidad menor a la décima parte de lo que puedes encontrar en un único pelo humano49. ¿Se conservó la hostia desde un inicio con tanto celo como para impedir una contaminación tan mínima? Desde luego que no, ya que el propio informe de Forensic Analytical nos dice que encontraron, justamente, un pelo humano. ¿Se sometió a un proceso de limpiado tan riguroso como para eliminar esta posibilidad? Tampoco lo parece, ya que lo único que se menciona en ese sentido es que se apartó dicho pelo.

De hecho, lo que sí detectaron en cantidades mucho mayores fue ADN no humano50, lo que no debería sorprendernos ya que ya sabemos que estamos hablando de una hostia que ha sido completamente infectada por hongos.
Pero de todas, la conclusión más importante del informe, y la que Castañón decide ignorar completamente, es que no hay sangre presente ni en la hostia de 1992 ni en la de 1996. Todavía más, la presencia de sangre se descartó mediante el test de la orto-toluidina para la detección de hemoglobina, pero es que ese mismo test da positivo indistintamente también a la mioglobina, presente en el músculo cardíaco, con lo que estarían descartando no solo la presencia de sangre sino también la presencia de músculo cardíaco, las dos que Castañón pretende probar51. Es por esto por lo que no creo que el origen del milagro esté en un fraude. Si alguien pretendiese falsificar un milagro, intentaría hacerlo como mínimo con carne de algún animal, pero aquí ni siquiera tenemos eso.
Esta prueba, refutación última del milagro, Castañón la publica en sus libros, probablemente con la esperanza de que sus lectores no dediquen un segundo a revisar esas páginas, y no les dedica una sola palabra más. No solo eso, sino que ni corto ni perezoso, en las conferencias se dedica a decir que estos análisis probaron la presencia de sangre52. Esto no es más que la enésima prueba de que este sujeto es un mentiroso patológico, y de que a nada de lo que diga en ninguna de las decenas de milagros que él se dedica a “probar” debe dársele ninguna credibilidad.
El único cabo suelto de esta teoría es el reconocimiento visual de glóbulos blancos por parte de Adhelma Segovia de Sasot, y siendo sinceros, no sé muy bien cuál puede ser la respuesta. Cierto es que, leyendo su informe, uno puede llegar a la conclusión de que no parece una mujer muy experta en la materia, así que no podemos descartar que se hubiera equivocado. Lamentablemente, no he sido capaz de encontrar apenas información sobre ella para profundizar más en este asunto.
Reflexión final
Al enfrentar argumentos cristianos y teístas, me ocurre muchas veces que veo su invalidez de forma tan obvia que me cuesta pensar que puedan convencer realmente a alguien, y pienso que simplemente funcionarán como ancla a la que los ya convencidos puedan agarrarse para justificar su postura y permanecer firmes ante las dudas que les asalten. En este caso sé que no es así, porque yo mismo he presenciado el proceso gradual por el que este argumento acabó convirtiendo a una persona concreta: Santiago Alarcón.
Santiago Alarcón no es alguien a quien conozca personalmente, sino que es un youtuber, más conocido por el nombre (del que ahora reniega, al menos temporalmente) de Rincón Apologético. Empecé a verlo hace ya varios años, cuando decidí empezar a escribir contra el cristianismo, como lo hice con muchos otros youtubers y figuras públicas en un intento de imbuirme en la cultura y los esquemas mentales de quienes, en el bando contrario, dan la batalla argumentativa a un nivel más popular. En ese sentido, ya desde un primer momento él se destacaba como uno de los más exitosos, en mi opinión porque es el que mejor entendía el medio en el que está.
En aquella época hacía relativamente poco que había pasado por un proceso de conversión desde el excéntrico movimiento apostólico y profético, desconocido en mi continente pero más común a ese lado del atlántico, hasta un tipo de protestantismo más sosegado y común, identificándose en ese momento como evangélico. Con este pasado, las dos temáticas principales de su canal de youtube por aquel entonces eran obvias: la primera era la crítica al ateísmo, ya sea mediante debates, reacciones, entrevistas o vídeos dedicados, generalmente haciendo uso del argumento de los hechos mínimos; la segunda era la crítica a líderes de ese movimiento apostólico y profético del que provenía, especialmente a Guillermo Maldonado y a Hernán Acosta, a quien apodaba como “chiribí”, por un ruido que hizo en un sermón en el que daba apariencia de estar bajo el efecto de sustancias psicoactivas53.
Aunque esto es especulación, es en esos debates con ateos donde ubico la génesis de lo que sería su siguiente conversión. En ellos se encontraría siempre con una incomodidad a la hora de justificar el canon bíblico, base de su fe, al que es más sencillo darle fundamento (aunque no sólido) en el catolicismo por la autoridad de la Iglesia. Así, pronto empezaría a comentar en los vídeos que, si bien seguía considerándose evangélico, ya no creía en la idea de la sola escritura.
Poco a poco se irían añadiendo otras posturas cercanas al catolicismo, pero parecía haber una barrera en la eucaristía. Recuerdo como, en conversación con uno de sus amigos católicos, comentó que era justamente esa incapacidad de creer que la hostia se transformaba realmente en Jesús, y el vino en su sangre, así como el hecho de que para un católico esa duda sea motivo de condenación, lo que le mantenía alejado del catolicismo54.
Sin embargo, en determinado momento esa convicción sobre la eucaristía cambió y empezó a expresarla abiertamente. Los vídeos colaborando con católicos se incrementaron, siempre para defender su postura, e incluso en un vídeo acudió a la católica parroquia de Santa María de Buenos Aires, precisamente para promocionar su milagro eucarístico55. En ese punto ya parecía que solo sería cuestión de tiempo que anunciase que era católico, algo que ocurrió el 18 de octubre de 2022.
Lo que provocó ese cambio de opinión respecto a la eucaristía, según comentó él mismo, fueron justamente los milagros eucarísticos, y en concreto los divulgados fraudulentamente por Ricardo Castañón56. Estamos hablando de un hombre cuya vida, desde su círculo de amigos o su esposa, hasta su trabajo y su figura pública, giraba en torno a la religión, y decidió darle un vuelco sobre la base de lo que ahora sabemos que es una estafa.
¿Cómo habría sido su vida hoy en día si, cuando veía a Ricardo Castañón decir que Forensic Analytical confirmó que lo que tenía era sangre humana, y decía convencido “yo sé que la respuesta fácil es decir “esto es falso”, pero seamos honestos, el tipo está presentando evidencias científicas”57 alguien le hubiera avisado de que, efectivamente, es falso, y lo que dijo el laboratorio fue justamente lo contrario? ¿Sería hoy católico si cuando se sorprendió al escuchar por primera vez que Zugibe se encontró con una muestra viva, alguien le hubiese dicho que eso era otra mentira de Castañón58?
Enseñarle esto hoy no serviría para nada, porque ya está demasiado vinculado al catolicismo por otros motivos y estoy seguro de que hacerle ver la falsedad de la razón por la que comenzó ese viaje, si no viene acompañado de otras razones de peso, no le harían dudar. El momento fue cuando empezó a plantearse estas ideas, cuando buscaba en vano la ayuda de sus amigos protestantes para que ellos le proporcionasen una refutación59, y cuando seguramente buscó también una respuesta en internet. En ese momento dicha respuesta no existía, al menos en español, pero si yo hubiera publicado este artículo hace año y medio, y de algún modo hubiese llegado a su pantalla, tal vez hoy estaría en una situación radicalmente distinta.
Como digo, no espero que Santiago Alarcón lea este artículo, entre otras cosas porque ya no serviría para nada, pero tengo la esperanza de que algún día, cuando sea otra la persona que se encuentre en la misma situación, planteándose reformular su visión de la vida en base a los milagros eucarísticos, pueda llegar a leer estas palabras y gracias a eso evitarse tomar una decisión vital en base a una mentira. A ser posible, me gustaría que fuera para mantenerle alejado de la religión cristiana por completo y no para cortarle el paso de Guatepeor a Guatemala, como habría sido el caso de Alarcón, pero lo celebraría incluso aunque fuera para mantenerse como protestante, porque al menos su errónea creencia no sería el éxito de un timador.
Conclusión
En este artículo he pretendido refutar los milagros eucarísticos en su conjunto, pero siempre podría venir alguien y decir “pero no has hablado de este milagro, o de este otro”, y tendrían razón. El problema es que los milagros eucarísticos se cuentan por cientos, así que no sería un uso eficiente de mi tiempo el intentar estudiarlos todos uno a uno, máxime cuando sobre la inmensa mayoría ni siquiera hay suficiente información publicada y accesible como para llegar a una conclusión.
En estas circunstancias, considero suficiente respuesta el ofrecer una explicación razonable a esta proliferación y el examinar los más importantes, especialmente si tenemos en cuenta que con uno de ellos estoy atacando, por su asociación con una figura corrupta, a otras decenas. No obstante, si alguien tiene otro milagro particular en mente como especialmente persuasivo, y cree que hay suficiente información publicada sobre él como para llegar a una conclusión, estoy abierto a que me lo mencione para poder añadirlo a este artículo en una futura edición.
Al menos hasta esa posible futura revisión, creo que he puesto suficientes argumentos sobre la mesa para decir que los milagros eucarísticos no constituyen una prueba a favor del cristianismo, y ni mucho menos del catolicismo.
Gregory a Smith, «Just One-Third of U.S. Catholics Agree with Their Church That Eucharist Is Body, Blood of Christ», Pew Research Center (blog), accedido 7 de septiembre de 2023, https://www.pewresearch.org/short-reads/2019/08/05/transubstantiation-eucharist-u-s-catholics/.
Carlo Acutis recopiló hasta 148 milagros eucarísticos en su web, http://www.miracolieucaristici.org/en/Liste/list.html, lista que no es exhaustiva. Por este trabajo, así como por su trágica muerte a los 14 años, llegó a ser beatificado.
Johanna C. Cullen, «The Miracle of Bolsena», ASM News 60, n.o 4 (1994): 187-91; Sus experimentos los replicó un conocido nuestro, Luigi Garlaschelli, «Amido ed emoglobina: il miracolo di Bolsena», La Chimica & L’Industria 80, n.o 1201 (1998), https://1306e45f-96c1-75cf-83f2-fb137897c20e.filesusr.com/ugd/662327_af660fcdc89100f7d8816d50e6d41c36.pdf.
Un listado de estos sucesos en Eugene R. L. Gaughran, «From Superstition to Science: The History of a Bacterium», Transactions of the New York Academy of Sciences 31, n.o 1 (1969): 3-24, https://doi.org/10.1111/j.2164-0947.1969.tb02887.x.
http://www.icatholic.org/article/diocese-of-salt-lake-citys-report-on-the-investigation-3358460, https://www.startribune.com/blood-red-host-is-no-miracle-lab-tests-show/135632408/?refresh=true, https://www.patersondiocese.org/news/bleeding-host, https://www.dmagazine.com/frontburner/2006/03/re-eucharistic-miracle-in-south-dallas/. En el último caso se trataría de una mezcla de hongos y bacterias.
Charles Freeman, Holy Bones, Holy Dust: how relics shaped the history of medieval Europe (Yale University Press, 2011).
Por ejemplo: http://www.miracolieucaristici.org/es/Liste/scheda_b.html?nat=italia&wh=lanciano&ct=Lanciano,%20750%20D.C., https://es.zenit.org/2005/05/05/el-milagro-eucaristico-de-lanciano-segun-el-cientifico-que-comprobo-su-autenticidad/, https://www.ewtn.com/catholicism/library/physician-tells-of-eucharistic-miracle-of-lanciano-1866, https://www.aciprensa.com/noticias/76204/conoce-3-de-los-milagros-eucaristicos-mas-sorprendentes-en-la-historia
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/ba/Eucharistic_Miracle_of_Lanciano_-_public_documentation_-_commissione_medica_OMS-ONU.JPG. De algún modo, esto permanece en la wikipedia en italiano como confirmación de que la comisión existió, aunque con la nota de “necessaria fonte migliore”
Odoardo Linoli, «Ricerche istologiche, immunologiche e biochimiche sulla carne e sul sangue del miracolo eucaristico di Lanciano (VII secolo)», Quaderni sclavo di diagnostica clinica e di laboratorio 7, n.o 3 (1971): 661-74.
Bruno Sammaciccia, The Eucharistic Miracle of Lanciano, Italy (Trumbull, Conneticut: Rev. Francis J. Kuba, C.P., 1984), 18, 40 y 46.
Eso no ha sido óbice para que gente como nuestro viejo amigo, Jorge Manuel Rodríguez Almenar, siga repitiendo este mito https://youtu.be/KbSlxnbpRLE?t=933. Claro que no se le pueden pedir peras al olmo. También se propaga por “especialistas” del tema como Ricardo Castañón, estafador del que hablaré luego https://youtu.be/GIoZMVBM0CE?t=1745.
Bernard Fried y Joseph Serma, Thin-Layer Chromatography, 4a edición (Nueva York: Marcel Dekker, Inc., 1999), cap. 9.
Ludvig Hektoen, «The Precipitin Test for Blood», The Journal of the American Medical Association 70, n.o 18 (1918): 1275.
Ruherford Birchard Hayes Gradwohl, Clinical laboratory methods and diagnosis, 7a edición, vol. I (Saint Louis: The C.V. Mosby Company, 1970), 892-93.
Kelly P. Kearse, «Unanticipated issues in serological analysis of blood species - The Shroud of Turin as a case example», Forensic Science International: Reports 2 (1 de diciembre de 2020), https://doi.org/10.1016/j.fsir.2020.100073.
S. Micle et al., «ABO-typing of ancient skeletons from Israel», American Journal of Physical Anthropology 47, n.o 1 (julio de 1977): 89-91, https://doi.org/10.1002/ajpa.1330470115.
Kelly P. Kearse, «Inadequacies in Serological ABO Typing of Ancient Artifacts: The Shroud of Turin as a Case Example», International Journal of Forensic Sciences 8, n.o 3 (s. f.): 1-5, https://doi.org/10.23880/ijfsc-16000326. Este hecho fue señalado incluso por algunos sindonólogos como Adler, criticando los supuestos descubrimientos de Baima Bollone sobre la Sábana Santa, Thomas W. Case, The Shroud of Turin and the C-14 Dating Fiasco : A Scientific Detective Story (Cincinnati: White Horse Press, 1996), 55-56.
Afirma que este debe ser músculo estriado por su estructura fibrilar longitudinal, y en concreto dice que debe ser músculo cardíaco y no esquelético por las uniones sincitales que presenta. Curiosamente esta observación podría llevarnos a la conclusión contraria, ya que el músculo cardíaco no presenta sincitios y sí lo hace el otro tipo de músculo estriado, el esquelético. Este error es comprensible y no tiene por qué cambiar la conclusión, ya que es cierto que el músculo cardíaco contiene unas estructuras denominadas discos intercalados que pueden confundirse con los sincitios y, antes del microscopio electrónico, se pensaba que era justamente eso, pero en cualquier caso cabe preguntarse como puede usarlo para distinguirlo del músculo esquelético que sí que presenta verdaderos sincitios.
James S. Lowe y Peter G. Anderson, Stevens & Lowe’s Human Histology, 4a edición (Elsevier Mosby, 2014), 71, 76-77; Anthony L. Mescher, Junqueira’s Basic Histology: Text & Atlas, 13a edición (McGraw Hill, 2013), 205-6. Llegué a esta observación gracias a Despredicador, «Dios no existe: El “milagro” de Lanciano (2a y última parte)», Dios no existe (blog), 24 de agosto de 2011, https://despredicador.blogspot.com/2011/08/el-milagro-de-lanciano-2-y-ultima-parte.html.
Mucha gente repite que tenemos un documento de ese día, como Sammaciccia, Lanciano, 22-23, pero soy incapaz de encontrar en ningún lugar el contenido, o al menos una descripción de este. En otros lugares, como en las declaraciones de la Iglesia recogidas en la misma obra, páginas 29 y 40, no se habla de un documento del 1574, sino de unos análisis del 1574 que habrían quedado para la posteridad gracias a la inscripción del 1636, a pesar de que dicha inscripción no hace referencia alguna al 1574. Sospecho que dicho documento no existe, sino que es tan solo un mito extendido por el mismo Sammaciccia.
La oración con la que nos presenta el supuesto documento de 1574 es la siguiente (traducción propia) “Los documentos históricos de épocas más tardías son numerosos: entre otros, como nos dicen los historiadores Fella y Antinori, hay un acta testimonial y una inscripción, datados en el 17 de febrero de 1574 y en 1636 respectivamente, la primera por la intervención directa, y la última en memoria, del arzobispo Rodrigues, el promotor de la autentificación de las reliquias”. A su vez, si vamos a la nota a fin con la que sustenta su afirmación, veremos que Sammaciccia no se ha leído a Fella ni Antinori, sino que los toma a través de un tercero, Sanna Solaro, un clérigo que escribió a finales del siglo XIX.
Dado que Fella es un autor que vivió entre el 1550 y el 1630, es muy probable que ni siquiera hablase de documento alguno, sino diese su propio testimonio o el de alguien entrevistado, o que si hablase de algún documento, sea de alguno que ya no tengamos hoy. Esto último podría encajar con la mención a Antinori, un arzobispo de la primera mitad del siglo XVIII, pero también es posible que Antinori simplemente se hiciese eco de lo que dijo Fella, y es que vemos que otros artículos que toman también como referencia a Sanna Solaro nos cuentann cosas que Antinori dice que habría dicho Fella (https://web.archive.org/web/20160322091309/http://www.lanciano.it/?p=118), lo que me hace pensar que Sanna Solaro tampoco leyó a Fella, o al menos no algunas de sus obras, sino que lo cita a través de Antinori, llegándonos a nosotros de cuarta mano.
No puedo comprobarlo porque he sido incapaz de acceder a las obras de Fella, Antinori o Sanna Solaro, pero mi hipótesis es que todo viene por una malinterpretación que Sammaciccia hace de lo que Sanna Solaro habría dicho que Fella decía. Como apoyo a mi hipótesis, puedo señalar que en el artículo que acabo de citar, y que también toma como principal referencia a Sanna Solaro, se nos dice que no existe ninguna referencia escrita a este milagro de antes de 1586.
No he visto mejor recopilación de fuentes que Sammaciccia, Lanciano, 21-34, aunque eso no es mucho decir.
Sammaciccia, Lanciano, 22-23
De hecho, esto ocurre en muchas ocasiones sin ningún tipo de intervención humana, cuando el cuerpo del fallecido se encuentra en algún lugar cálido y seco. Arthur Aufderheide, The Scientific Study of Mummies (Cambridge University Press, 2010), 43-45.
https://web.archive.org/web/20231104000240/https://www.latiendadeldiscipulo.com/wp-content/uploads/2019/11/curriculum.doc.pdf
https://accademiatiberina.it/accademici-attivi/#_legiond'oro
Guido Aguilar, «Historia de la psicología en Bolivia», Revista Latinoamericana de Psicología 15, n.o 3 (1983): 311-25. El único artículo suyo que he sido capaz de encontrar es «Estudio experimental y tratamiento psicológico de úlcera gastro-duodenal en médicos anestesiólogos», Cuadernos del Hospital de Clínicas 31, n.o 1 (1980): 26-34, http://cuadernos.fment.umsa.bo/biblioteca/PDF/1980%20Vol%2031-1.pdf#page=26.
Ricardo Castañón Gómez, Más allá de la razón, 2a edición (Grupo Internacional para la Paz, 2009), 11. https://youtu.be/MHOPfWyF5z8 4:27-4:55, https://youtu.be/Uy6hH6MFVA0 31:50-32:20
https://youtu.be/Uy6hH6MFVA0 20:00-20:05
Ron Tesoriero, Why Do You Test Me? : Does the Virgin Mary Appear to Nancy Fowler at Conyers, Georgia USA? (Gosford, Australia: Autopublicado, 1994), 14-15.
Castañón Gómez, Más allá de la razón, 11-15. Es importante recalcar que, si bien Ricardo Castañón llegó a la conclusión de que estas apariciones de la virgen eran verdaderas y mantiene esa conclusión hasta hoy, basándose para ello en extravagantes argumentos sobre radiaciones de rayos gamma o emisiones de ondas Delta, el simple paso del tiempo ha mostrado su falsedad más allá de toda duda. No hay más que ver las predicciones hechas por Nancy en sus visiones, que incluían una gran guerra que involucraría a China, Corea y Rusia, y que ocurriría inexorablemente en la década de los 90, Tesoriero, Why Do You Test Me?, 107-10. Como dice Deuteronomio 18:21-22 “Y si dices en tu corazón: “¿Cómo reconoceré una palabra que no ha dicho el Señor?”. Cuando un profeta hable en nombre del Señor y no suceda ni se cumpla su palabra, es una palabra que no ha dicho el Señor: ese profeta habla por arrogancia, no le tengas miedo”
https://centromedjugorje.org/noticias-medjugorje/ricardo-castanon-gomez-cientifico-milagros-eucaristicos-medjugorje/
Ricardo Castañón Gómez, Cita en el Jordán (Grupo Internacional para la Paz, 2018), 396.
https://youtu.be/Uy6hH6MFVA0 26:12-26:34
Aunque es difícil encontrar información alguna de la organización en internet, la fecha en la que fue fundada aparece en Castañón Gómez, Más allá de la razón, 4, donde celebran su decimosexto aniversario.
Castañón Gómez, Más allá de la razón, 167-176
https://youtu.be/wrSzDMt9Cig 17:25-20:30
Castañón Gómez, Más allá de la razón, anexo I. El anexo II incluye otro informe que Castañón dice que se refiere al mismo milagro de 1992, pero por la fecha (1995), sospecho que en realidad es sobre el milagro de 1994, que Castañón no menciona en ningún momento.
Castañón Gómez, Más allá de la razón, 178-85 y anexos X-XIII dan un relato muy incompleto del asunto, donde solo se menciona a Robert Lawrence (y solo en cuanto a los glóbulos blancos y al posterior cambio de opinión, sin mencionar la idea inicial), John Walker, Linoli y Zugibe. Este relato lo complemento con lo escrito por Ron Tesoriero en su libro “Unseen”, al que lamentablemente no he logrado acceso, pero sí la bloguera skeptasmic, que menciona esta cronología en su crítica a dicho libro en https://skeptasmic.com/microscopic-appearance/. He podido comprobar que sus citas no están manipuladas al encontrarlas en otras menciones independientes como https://scholarship.shu.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1022&context=arcadia.
https://youtu.be/MHOPfWyF5z8 45:52-49:41; Castañón Gómez, Más allá de la razón, 181-85
https://youtu.be/GIoZMVBM0CE 25:49-26:57
Frederick Zugibe, The Crucifixion of Jesus: A Forensic Inquiry (Nueva York: M. Evans and Company, Inc., 2005).
https://www.facebook.com/100069106326288/videos/clarification-regarding-the-false-news-circulating-on-the-internet-and-published/1136190970057107/
Castañón Gómez, Más allá de la razón, Anexos XI y XII. Se pueden consultar online en https://nacn-usa.org/wp-content/uploads/Zugibe-scanned-reports-26-3-05-and-15-3-05-RON-ack.pdf
Castañón Gómez, Más allá de la razón, 184-185, Anexo XIII.
Por ejemplo, https://www.youtube.com/watch?v=MHOPfWyF5z8 45:09-45:20 o https://youtu.be/2bb3IuK0dAM 1:01:14-1:01:38
Claudia Hartung de Capriles, Sofía Mata, y Marianne Middelveen, «Preservation of Fungi in Water (Castellani): 20 years», Mycopathogia 106, n.o 2 (1989): 73-79, https://doi.org/10.1007/bf00437084.
Su informe se puede ver en Castañón Gómez, Más allá de la razón, Anexo X
En el informe dice que encontraron “cantidades muy pequeñas” de ADN humano, pero Castañón Gómez, Más allá de la razón, 179 dice que cuando les comunicaron los resultados describieron esa cantidad de ADN como “mínima”. Veo una suposición razonable el pensar que encontraron la cantidad mínima que puede detectar el método Quantiblot, que es de 0,15 nanogramos según su folleto disponible en https://tools.thermofisher.com/content/sfs/brochures/cms_040281.pdf, y el mismo nos da la comparación con el pelo humano que yo hago.
Esto es resultado de un test que Castañón no publica, pero sí Ron Tesoriero, y una vez más yo puedo conocerlo gracias a la bloguera Skeptasmic https://skeptasmic.com/eucharistic-miracles/the-eucharistic-miracles-of-buenos-aires/dna-tests/yield-gel-evaluation-of-total-dna-yield/
Sobre el hecho de que la orto-toluidina descarta no solo la sangre sino también el músculo, debo agradecer una vez más a Skeptasmic por señalarlo en su artículo https://skeptasmic.com/eucharistic-miracles/the-eucharistic-miracles-of-buenos-aires/ortho-tolodine-test/.
Por ejemplo, en https://www.youtube.com/watch?v=MHOPfWyF5z8 45:44-45:50, tiene la desvergüenza de decirlo mientras proyecta una fotografía del informe que lo niega, supongo que con la idea de que los de las últimas filas no lleguen a leerlo y los de las primeras no sepan inglés .
No sé en qué vídeo ocurrió eso, tendréis que fiaros de mi memoria.
https://youtu.be/DXOt_lM3GZk. No es el único vídeo que subió antes del anuncio público de su conversión en el que visitó iglesias católicas, también lo hizo, al menos, en https://youtu.be/-z-m5T_im_s
https://youtu.be/I3yqfhBXWXQ. He de decir que no termino de entender por qué todo el mundo entiende los milagros eucarísticos como prueba de la transubstanciación, cuando generalmente lo que vemos es que la hostia permanece junto a la “carne” o la “sangre” que se presenta. En este sentido, parecería más compatible con la consubstanciación, que sostiene que ambas sustancias coexisten, en vez de ser sustituida la una por la otra. Así, pienso que habría sido más lógico para Alarcón, si es que esta fuera su única guía, el convertirse al luteranismo antes que convertirse al catolicismo.
https://youtu.be/I3yqfhBXWXQ 1:05:10-1:06:06
https://youtu.be/exVFNwm7a8Y 1:04:23-1:06:54
https://youtu.be/I3yqfhBXWXQ 1:28:08-1:29:08